Stalker

Este texto es parte de un diario de Sicilia.


Buenos días señorita Pausini. Pasa y siéntate. Cierra la puerta. Gracias. Laura, estamos un poco preocupados por ti. Sé que quizás hemos tardado un poco en reaccionar, pero espero que aún estemos a tiempo. Te pido que escuches con mucha antención este informe que voy a leerte:

Un acosador, de acuerdo a la definición de la RAE, es una persona que acosa. El acoso se puede producir de forma física, psicológica, o mediante el uso de las tecnologías de la información, es decir, a través de Internet o del teléfono.

Según el mismo texto, Laura, «Se puede diferenciar distintos tipos de acosadores según el tipo de acoso que realicen: Acosador psicológico o físico; Acosador escolar; Ciberacosador; Acosador sexual; y Acosador laboral«.

¿Crees que estoy yendo muy deprisa? por favor si lo estoy haciendo dímelo, porque aún no he terminado y queda mucho por hablar. Permíteme que vuelva a recordarte que lo que tenemos entre manos es un asunto muy serio que nos preocupa no solo al colegio, sino a tus padres y a tus amigos, que son los que, desesperados, han acudido a mi. ¿Quieres un poco de agua? Yo voy a tomar un vaso.

«El sitio web de wiredpatrol«, continúa el texto, «define cuatro tipos de acosador psicológico: obsesivo-simple; amor obsesivo–desilusionado; erotomaníaco; y síndrome de víctima falso.«.

Creo que a estas alturas ya debes saber de lo que te estoy hablando, señorita Pausini. Y si aún no lo sabes, presta atención a esta última parte, que seguro va a lanzar claridad al problema que estamos tratando aquí:

El obsesivo-simple es un individuo que tiene una relación anterior con la víctima y que intenta seguir manteniéndola, esto es, se niega a aceptar que la relación que se establece en un determinado momento se acabe aunque se lo hagan saber repetidas veces. Este tipo de acosador es posible que durante la relación establecida, ya hubiera sido emocionalmente abusivo con la acosada o acosado. En investigaciones de Geberth se detecta que este grupo de acosadores es el más numeroso, un 47%, y el que supone una mayor amenaza para la víctima.

Ya has entendido, Laura. Lo veo en la expresión de tu cara. Sí, es por la canción. Por tu canción. Me la hicieron escuchar tus padres el día en que vinieron a pedirme ayuda, apoyafps por tus amigos. Sentados en ese mismo sofá donde tú te encuentras ahora, Laura, tus padres me leyeron la letra de la canción asustados. Ahora te voy a pedir que la escuchemos juntos:

Ya no responde ni al teléfono,
Pende de un hilo la esperanza mía,
Yo no creí jamás poder perder así la cabeza,
Por él.

Porque de pronto ya no me quería.
Porque mi vida se quedó vacía,
Nadie contesta mis preguntas, ¿porqué?
Nada me queda, sin él.

Se fue,
Se fue, el perfume de sus cabellos,
Se fue, el murmullo de su silencio,
Se fue, su sonrisa de fábula,
Se fue, la dulce miel que probé en sus labios.
Se fue, me quedó solo su veneno,
Se fue, y mi amor se cubrió de hielo,
Se fue, y la vida con él se me fue,
se fue, y desde entonces ya solo tengo lágrimas.

A ver Laura, ¿qué no has entendido de su silencio? ¿No se te ocurrió pensar que, después de la llamada número cincuenta en menos de diez minutos, quizás, y digo solo quizás, estabas volviendo loco al pobre muchacho, que, y créeme, se va a arrepentir el resto de su vida de haberte dado un beso, un simple y triste beso, aquella tarde, medio en broma? ¿No te das cuenta de que todos tus amigos están hartos, pero hartos como solo se puede estar harto cuando alguien llena sus buzones de mensajes, emails, llamadas, y los persigues por los pasillos y los llamas a gritos cuando pasean por la calle, repitiendo una y otra vez la misma pregunta: «porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué«?

Pero espera, que esto no ha hecho nada más que empezar, que tu canción, porque estamos hablando de tu canción, tiene un segundo verso. Escucha:

Encadenada a noches de locura,
Hasta a la cárcel yo iría con él,
Toda una vida no basta, sin él.

En mi verano ya no sale el sol,
Con su tormenta, todo destruyó,
Rompiendo en mil pedazos
esos sueños que construímos, ayer.

Se fue,
Se fue, me quedó solo su veneno,
Se fue, y mi amor se cubrió de hielo,
Se fue, y la vida con el se me fue,
Se fue, y la razón no la sé.

¿Entiendes ahora porqué hay un coche de policia las 24 horas del día aparcado en la puerta del pobre chico? ¿No ves que no es más que un quinceañero con las hormonas revueltas que solo intentó hacerse el guapo frente a los amigos? ¿Nunca te han explicado que los niños a esa edad no tienen ningún interés en las chicas, que es solo una cosa estética, que en realidad lo único que desean es estar todo el día con sus amigotes dando vueltas con la moto, comiendo pipas, subiéndose los pantalones, arrastrando las chanclas y, de vez en cuando, lanzar un escupitajo? ¿No ves a donde nos está llevando a todos tu obsesión. «Obsesión-simple«, pero obsesión? Que solo fue un beso, Laura, un beso, una curiosidad inocente, por mucho que el niño oliera a limpio, y se hubiera lavado los dientes antes de salir de casa y bajarse al parque. Un beso, y sin lengua, Laura, que no hubo ni lengua, como me dijo el pobre muchacho llorando de desesperación, sentado también ahí mismo, donde estás tú, y donde estuvieron tus padres. el día que vino a darse de baja del colegio, mientras el teléfono no paraba de sonar recibiendo mensajes tuyos, que me los enseñaba mientras le caían las lágrimas y, balbuceando, señalaba la pantalla y gritaba «¡Ve, ve! ¡Lo que le estoy diciendo! ¡No miento!» y yo leía solamente las palabras «porqué, porqué, porqué«, que eso es lo que le escribías Laura, «porqué«.

Hay más, que no hemos terminado. Ahora viene la parte final, la más desaquiciada. Y da gracias a que tus padres acudieron a mi primero y no te llevaron directamente al psiquiátrico, porque de ahí no hubieras salido sin una lobotomía. Aquí viene, agárrate:

Si existe dios,
debe acordarse de mi,
Aunque sé, que entre él y yo,
El cielo tiene solo nubes negras,
Le rogaré, le buscaré, lo juro, le encontraré,
Aunque tuviera que buscar en un millón de estrellas.

En esta vida oscura, absurda sin él,
Siento que,
Se ha convertido en centro y fin de todo mi universo.

Si tiene limite, el amor, lo pasaría por él.
Y en el vacío inmenso de mis noches, yo le siento,
¡le amaré¡ como le pude amar la vez primera,
que un beso suyo era una vida entera,
sintiendo como me pierdo,
por él.

¿Te das cuenta, Laura, de las espiral de locura en la que has entrado? ¿Te das cuenta de que estás cometiendo un delito tipificado por la ley? ¿Tan inconsciente eres que no solo has persiguido al pobre chaval, que va ha tener que mudarse de barrio por tu culpa, sino que todos, TODOS, tus amigos han tenido que pedir una orden de alejamiento? No solo eso, Laura, no era suficiente con escribir una canción sobre todo el asunto y que sonase en las radios de todo Italia, no, joder, Laura, ¡Si hasta las ha traducido al español!

Pero ya está, Laura. Ya está. Has de terminar con todo esto antes de que sea tarde y te hagas más daño a ti y a todos los demás. Es tu última oportunidad. Tus padres si después de esta conversación no ven una mejoría te internarán en un hospital, o te entregarán en la comisaría. Y ahí detro, Laura, créeme, no van a ser tan amables como los estoy siendo yo ahora mismo.

Ahora sal de aquí. Y si ves fuera a Sting esperando, dile que entre, que tenemos que tener una charla sobre esa canción que ha escrito, «Every breath you take«: «Cada aliento que tomes, cada movimiento que hagas, cada atadura que rompas, cada paso que des, te estaré vigilando…«.

Dios, que asco de adolescencia romántica, enloquecida y criminal.



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