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Las cosas que no guardé
Se marchó sin despedirse y quedó la soledad del marinero en un desierto sin estrella polar. Quedaron los porqués, las preguntas sin interrogantes. El no pudimos ser nosotros. La duda de saber si había sido así porque no pudo ser de otra manera. La certeza de que un final sin un adiós es un principio abierto.