Al llegar nos encontramos la cocina-comedor repleta de actividad y a Mamá Maugeri preparando unos 20 platos diferentes. Cuando nos sentamos y nos sirven, yo quiero decir algo, pero ella me mira, levanta un dedo y dice: "!Chisss, calla! Mientras se come no se habla".

En Agrigento hay muchas iglesias, y muchas escaleras, y muchas cuestas, y una tienda de zapatillas all-star a OCHENTA EUROS EL PAR. 80 € por unas zapatillas que en los noventa Juanan y yo comprábamos a dos pares por 20 € y parecíamos los tontos de la clase por llevarlas.