Este texto es parte de un diario que empieza aquí. Si has llegado a él sin leer lo anterior, será como ver el episodio quinto de la cuarta temporada de Lost sin haber visto los episodios previos: se entenderá el capítulo, pero no la trama.
Martes 26 de mayo
Tranvías
Camino, camino, camino, camino. Me duelen los pies por el calor y porque estás zapatillas están reventadas ya. Me siento. Tomo un café y tomo un pastel de queso. Veo el tranvía y recuerdo mi billete de 1 día para todos los tranvías. La línea 28 desde el Cementerio dos Prazeres, hasta el mercado de la pulga en el barrio del Graça. La línea 12 alrededor del Castillo. La 25 hasta el Jardim de Estrela. Disfruto como un niño en un parque de atracciones sin montar en la montaña rusa. Olor a hierro y a madera, y el sonido de la estructura como si fuera desmoronarse en cualquier instante.
7
Néstor y Antonella han llegado a Lisboa, están en el Barrio Bajo, cerca de Praça do Comércio. Voy a buscarlos. Cuando me encuentro con Néstor me da un beso y me dice “¡Hola querido!”. Esta noche no saldrá. Le digo a Antonella que conozco un lugar donde comer caracoles y que tendremos que pasar la noche caminando por las calles porque mañana cojo un bus a las 7 de la mañana y ella dice “si se tiene que caminar, habrá que caminar”. Y nos vamos a comer caracoles.
Causalidad
El “Karma” es a la vez acción y las consecuencias de la acción; es causa y efecto simultáneamente, pues toda acción engendra una fuerza de energía que vuelve a nosotros en igual cantidad. Esta Ley no tiene nada de insólito, todos hemos oído decir que “cosechamos lo que sembramos”.
Los seres humanos somos, esencialmente, tomadores de decisiones infinitas. En cada uno de los momentos de nuestra existencia tenemos acceso a una infinidad de posibilidades de decisión. Algunas de estas decisiones las tomamos conscientemente, mientras que otras se toman inconscientemente. Pero la mejor manera de comprender y optimizar la aplicación de la Ley de la causalidad es volvernos conscientes de las decisiones que tomamos en cada momento.
La mayoría de nosotros, como consecuencia de los condicionamientos, tenemos respuestas repetitivas y previsibles ante los estímulos de nuestro entorno. Parece que nuestras reacciones son desencadenadas automáticamente por las personas y por las circunstancias, y nos olvidamos de que no dejan de ser decisiones que estamos tomando en cada momento de nuestra existencia. Sencillamente, estamos tomando estas decisiones inconscientemente.
LA LEY DEL KARMA O DE LA CAUSALIDAD
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