Miércoles 18 de marzo del 2020 – Día #5
El balcón
Mis padres siguen en su encierro y no han salido de casa desde el viernes, 5 días ya. Me cuenta mi madre que ella sale a la terraza a pasear (debe de medir unos 6 metros de largo por 2 de ancho). Por la noche se emociona al escuchar los aplausos en la calle, dice que es muy bonito y se le ponen los pelos de punta. Después de los aplausos mi padres escuchan la radio, la emisora de Justo Molinero, donde solo ponen música y no hablan del virus.
Mi padre sube un rato al apartamento del terrado y sale al aire a escuchar y ver volar a los pájaros. Mira hacia el Vall d’Hebron y hacia el monte del Carmelo. Se comunican por vídeo con mis hermanos y así ven a los nietos.
Dice mi madre que cuando todo esto termine vamos a reunirnos todos en casa para hacer una comida mejor que la de Navidad. Dice que hoy va a llamar a sus amigas para saber cómo están.
Así es la vida de la gente que no sabe lo que son las redes sociales.
El papel higiénico
La gente no sabe cuanto dura un rollo. Yo tampoco. Hagamos un cálculo:
Según el paquete que tengo en casa, uno estándar del ALDI de doble capa con 12 rollos, hay para 324 servicios. Es decir: 27 usos de un rollo. Pongamos que una persona usa el baño 2 veces al día para cagar y 4 para mear. Damos por hecho que cada 2 meos se gasta el equivalente de una cagada. Una persona sana puede gastar 4 unidades de servicio del papel higiénico al día. Un rollo de 27 usos da para 6 días, casi 7.
Ya tenemos una primera aproximación: un rollo del ALDI estándar de doble capa dura 1 semana x persona. 12 rollos dan para 3 meses. En una familia promedio de 3 personas gastarían 3 rollos a la semana, con un paquete de 12 les da para un mes. La cuarentena está prevista para 2 semanas, pero nos estamos preparando para un mes. Así que con un paquete da para toda la familia basta para toda la cuarentena.
Entonces, con el cálculo en la mano, podemos concluir que, efectivamente, NADIE sabe cuánto papel higiénico se usa en una casa.
¿Por qué no se sabe?
Teoría uno: Nunca antes había comprado papel higiénico, siempre se roba en la oficina, en los bares, en los restaurantes y/o en casa de un amigo.
Teoría dos: Solo se caga en el curro. Si se caga dos veces al día y se dedica al proceso entre media y una hora cada vez, entre ir, sentarse en la taza, leer el periódico o consultar las redes sociales, limpiarse usando mucho papel (4 o 5 servicios), lavarse las manos, secarse con el papel del lavabo porque el aire da repelús (4 o 5 servicios más), mirarse al espejo, arreglarse un poco el pelo, ajustarse la ropa, salir, aprovechar que se está de pie y acercarse a la máquina del café, comentar el partido o la serie, y finalmente regresar al asiento, en todo este tiempo se ganan un promedio de dos horas al día en el que no se hace nada pero cuentan como trabajo porque se está en horario de oficina y, cagar en la oficina, amigos míos, es trabajo.
Teoría tres: la gente al ver las estanterías vacías han pensado que quizás sea algo que van a necesitar sin saber muy bien porqué, y como nunca antes se han planteado cuánto se usa (ver teorías anteriores) se compra por inercia por que debe de ser algo totalmente necesario por algún motivo que todavía no sabemos.
Por si acaso, cuando haya que volver a acumular rollos que sean «Renova ultra fort«.
Un detalle
Antes de que se me olvide, una imagen a retener: los currantes saliendo el lunes de los edificios de oficinas cargando con la torre del ordenador. En eso consiste el teletrabajo: en llevarte el ordenador a casa, colocarlo en la mesa del comedor, encenderlo y dejar que pasen las horas. Supongo que a los jefes y directivos les habrán dado un portátil.
Otro apunte para desarrollar algún día
Imaginemos que nos hubiera tocado el encierro a los 20 años en un piso estudiantes, de géneros y gustos sexuales amplios y diversos, con novios y novias residentes en sus ciudades de origen muy lejos de Barcelona. Y con mucho tiempo libre en un espacio muuuy pequeño.
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