Kreuzberg

Pasear. Sentarse. Mirar los vagones al pasar.

Ponerse algo triste, a veces. Sentirse feliz, casi todo el tiempo.

Notar otro sol, más suave, en la cara. Cerrar los ojos. Los timbres de las bicicletas, el olor del restaurante turco. Una bola de helado con ropa de invierno.

Pasear. Volver a sentarse. Sentir la vibración de los vagones al pasar.



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