Este texto es parte de un diario de Sicilia.
Domingo y Lunes, 12 y 13 de junio, 2016
Lluvia
Favignana es la más grande de las tres islas que forman Las Egades. Aquí se viene principalmente por que es de los pocos lugares que aún pescan el atún al estilo de la tonnara y, sobre todo, por las playas y las calas. Al salir a desayunar descubrimos que ha llovido y está nublado. Lo de las playas y las calas no va a poder ser. Me alegro.
La tonnara
Paseamos por el pueblo camino al museo en las antiguas instalaciones conserveras. Sigo sin saber todavía en que consiste eso de la tonnara, y creo que el resto tampoco. Sigo caminando de la manita sin tener ni idea del plan de la semana, del día, o de la hora siguiente.
Mientras estamos en la cola esperando a entrar en el museo y en la fábrica de conservas, sale el sol y las chicas dicen que vayamos corriendo a alguna cala que ya volveremos al museo por la tarde o mañana.
Seom
-Toda la acción se desarrolla en un único escenario, un lago lleno de casitas flotantes. No sé muy bien porque se llama «La isla» si es un lago. La historia va de la relación que se establece entre un ex-policía que llega huyendo de algo que ha hecho, creo que matar a su mujer y a su amante, y de una chica que trabaja en el lago. La chica por la mañana vende cebo a los hombres que pasan los días pescando en las casitas, y por la noche, junto con otras chicas que llegan en ciclomotor, se prostituye. Apenas se habla en toda la película. La chica no dice ni una sola palabra. Pero descubrimos que no es muda en la escena de los anzuelos porque grita muy fuerte.
Viento
Una cala. Hay mucho viento. Siguiente cala. Viento. Una playa. Más viento. Un faro recliclado a instalación militar y luego abandonado. Sigue el viento. A comer a la Trattoria de Papu en el pueblo.
A Serbian Film
-No conseguí ver toda la película. Cuando la escena del bebé recién nacido la paré. No porque me resultara insoportable, sino porque las expectativas de ser una película realmente provocadora y enferma, hasta el extremo de ser bloqueada su proyección por un juez en la «Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti», al verla la encontré más cercana a la comedia y a la broma macabra que al terror. Me resulta más violenta y más depravada «Mientras duermes«. Luis Tosar si que interpreta perfectamente la maldad del ser humano sin ningún tipo de remordimiento.
Seom
-El ex-policía se quiere suicidar, pero la chica lo salva cuando salta al lago sin saber nadar. Cuando tienen sexo por primera vez, en la caseta del cebo, él prácticamente la viola. Pero al mismo tiempo la chica se enamora. Por eso al director, Kim Ki-duk, lo acusan de misógino. También el ex-policia tiene una escena con anzuelos.
Birra Moretti
Amanece soleado, pero con mucho viento. Los locales dicen que el viento ha cambiado ya tres veces de dirección, pero que si queremos ir a la playa, debemos ir a Cala Azzurra o a Cala Bue Marino. Al llegar vemos que no somos los únicos que han preguntado a los locales. Paolo y yo nos vamos al bar a comer arancini y a beber birra moretti.
The Human Centipede (First Sequence)
«La trama sigue la historia de un doctor alemán, que secuestra a tres turistas y los une quirúrgicamente, desde la boca al ano de cada uno, de tal forma que crea una especie de ciempiés humano. El director mencionó que ese concepto había surgido de una broma que realizó con unos amigos suyos sobre castigar a un abusador de niños cosiéndole la boca al ano de un conductor de camión con sobrepeso.»
-Tampoco la pude ver. La música y los planos me ponían nervioso.
Seom
-No entendí el final.
Hostel
-«Hostel«, de Eli Roth, vale la pena verla solo por el momento en el que el recepcionista de la casa de torturas en Bratislava le dice a un cliente que el precio por un asiático es de 1.000 dólares, 2.000 por un europeo, pero por un americano han de pagar 3.000, que es el más buscado. La ley de la oferta y la demanda.
La tonnara
Es en los meses de Mayo y Junio, cuando los bancos de atunes en época de reproducción bordean las costas de las islas. Reconducidas a través de barreras artificiales hacia una consecución de cámaras rectangulares, son rodeadas en la “cámara de la muerte” por los barcos de los pescadores, que arponean los atunes en lo que acaba siendo una mezcla de matanza simbólica donde tradición y simbolismo se acaban de fundir con un espectáculo turístico donde la solas de sangre y espuma saltan a los barcos. A cambio de un determinado precio se puede acompañar a los pescadores. No es recomendable para aquellos que no deseen sufrir con las cruentas escenas de los atunes arponeados e izados a los barcos. Las capturas se despiezan y manipulaban en las tonnara, donde acababan en conserva de aceite.
lasicilia.es
Y eso si que daba miedo, aunque nos hayamos ido sin verlo.
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