¿Cuántas palabras hacían falta?
Pasé horas buscando una a una cada frase que dijeran todo lo que quería decir, que expresaran todo lo que necesitaba expresar, que explicaran todo lo que quería explicar. Cuatro páginas completas de letras y signos.
Pero eran demasiadas palabras para un mensaje tan simple.
Leí y releí, escribí y reescribí, cambié y volví a cambiar, hasta que conseguí tener dos páginas. Dos páginas con el mismo y simple mensaje.
Pero seguía pesando cada frase como mil kilos de plomo, demasiados puntos y demasiadas comas. Lo dejé descansar.
Reposaron las palabras y fueron cayendo una a una las que estaban de más. Huyeron las complejas, se quedaron las sencillas. Borré espacios innecesarios y dibujos inútiles, poemas de más. Y las frases, día a día, fueron cayendo. Quedó una página. Media. Dos párrafos. Un párrafo. Y terminé. Ya había encontrado la medida exacta del texto.
Y entonces descubrí que estaba equivocado, que tú habías llegado mucho antes que yo, que tú habías acertado con el número exacto de palabras que hacían falta, mientras yo andaba buscando las mías.
Tu silencio fue la forma más clara y sencilla de decirlo.
sin palabras!