Principio de Incertidumbre

Este texto es parte de un diario que empieza aquí. Si has llegado a él sin leer lo anterior, será como ver el episodio quinto de la cuarta temporada de Lost sin haber visto los episodios previos: se entenderá el capítulo, pero no la trama.


Jueves 28 de mayo

Principio de Incertidumbre

«Principio de Incertidumbre de Heisenberg», principio que revela una característica distinta de la mecánica cuántica que no existe en la mecánica newtoniana. Como una definición simple, podemos señalar que se trata de un concepto que describe que el acto mismo de observar cambia lo que se está observando.

En 1925, el físico alemán Werner Heisenberg se dio cuenta de que las reglas de la probabilidad que gobiernan las partículas subatómicas nacen de la paradoja de que dos propiedades relacionadas de una partícula no pueden ser medidas exactamente al mismo tiempo.

Por ejemplo, un observador puede determinar o bien la posición exacta de una partícula en el espacio o su momento (el producto de la velocidad por la masa) exacto, pero nunca ambas cosas simultáneamente. Cualquier intento de medir ambos resultados conlleva a imprecisiones.
PORTAFOLIO N°2 – por JASON MARIN G

Noche

He dormido tanto que me duele el cuerpo. Es tan silencioso fuera, y la habitación está tan oscura, que parece que siga siendo de noche. Es mediodía pero me siento medianoche.

San Tirso

Nunca había entrado en el pueblo de San Tirso. Siempre he pasado por fuera, donde la gasolinera y el restaurante Sant Isidro, pero tomando una carretera a la derecha está el pueblo completo con su plaza, su parque al lado del río, su banco de «Caja Rural», su farmacia, sus bares y un telecentro: una aula con Internet, ordenadores, scanners e impresoras.

Taramundi

Decido conducir por la carretera rural desde San Tirso a Taramundi. Al llegar a Taramundi todo me resulta extraño. Está vacío. Poco a poco, al caminar por las calles, recuerdo porque Taramundi es famoso: por las navajas y por los molinos. Aquí estuve con los chicos en aquel viaje en el que fuimos al molino de Os Teixóis, y bebimos sidra.

Cartas

A la chica de ojos grises le gustaba jugar a las cartas y le daba rabia perder, así que a pesar de ser mucho mejor jugadora que yo, de vez en cuando le ganaba, y teníamos que volver a jugar hasta que ganaba ella. Entre partida y partida bebíamos ribeiro y comíamos queso en alguna cantina en esta misma carretera. Era de noche.

Televisión

En el restaurante no hay nadie, pero me ofrecen todos los platos del menú, y la carta, por si me apetece otra cosa. Enciende la tele y le digo que no hace falta, y me dice que es para los niños, que la pondrá flojita. Sigo estando solo en el restaurante.

Cuando pido el postre aparecen infinitos niños que se sientan en una mesa enorme. Les sirven unas bandejas con arroz con pollo y se ponen a mirar la pantalla.

Normal

Regreso por Vegadeo y tomo una sidra en el Café Express. En la televisión, esta vez, emiten una de guerra. Luego busco un cajero de mi banco en Ribadeo y mientras espero veo padres paseando con sus hijos bien peinados y abuelos hablando con otros abuelos. Compro golosinas en una tienda de golosinas y unos playmobil en una juguetería. Hay algo en estas acciones rutinarias fuera de la rutina que las convierten en excepcionales.

Principio de Incertidumbre

En mecánica cuántica, la relación de indeterminación de Heisenberg o principio de incertidumbre establece la imposibilidad de que determinados pares de magnitudes físicas sean conocidas con precisión arbitraria. Sucintamente, afirma que no se puede determinar, en términos de la física cuántica, simultáneamente y con precisión arbitraria, ciertos pares de variables físicas, como son, la posición y el momento lineal (cantidad de movimiento) de un objeto dado. En otras palabras, cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula, menos se conoce su cantidad de movimientos lineales y, por tanto, su masa y velocidad.
Relación de indeterminación de Heisenberg

Abuelo

A Suso y Celsa les gusta que les cuente mis historias y ellos me cuentan a mi las suyas. Miro alrededor, en el comedor de Villaformán, sentado en mi sitio de la mesa, porque yo tengo mi sitio, recuerdo haber estado en esa misma situación, en la casa antigua y en la casa nueva, contando historias hasta muy tarde, con la cocina de leña encendida. Contaban historias mis padres, mis tíos, mi abuela Rufina, la abuela Josefa, el tío Álvaro o el tío Nino. Y yo escuchaba, mientras los animales de la cuadra de al lado hacían ruidos extraños, y los niños bebíamos gaseosa La Casera en botella de cristal con cierre mecánico de porcelana. Puede que yo también hablara, o preguntara mucho, porque nunca he sabido estar callado.

No puedo evitar imaginarme a mi mismo dentro de 20 años sentado en una mesa grande parecida a esta y contándole mis historias a los padres, a los tíos y a los nietos de alguien. El abuelo Alejandro.

También puedo imaginar que lo hago ahora.


Viernes 29 de mayo

Segundo asalto

Al revisar las fotos de As Catedrais Suso se da cuenta de que no he llegado a ver la mejor parte: los arcos. No pude llegar por culpa de la marea, que ya cubría el acceso. Me dice que tenemos que ir cuando esté baja. A las 8 de la mañana.

Suso me espera en el cruce y tomamos un camino alternativo hasta Ribadeo siguiendo los caminos de la montaña. Suso conoce todas las historias de todas las casas.

Cuando llegamos a As Catedrais. Hay un gaitero dentro de una cueva. Nos dice que es la bóveda lo que da un sonido tan bonito. Me pregunta si nos conocemos de algo, porque le recuerdo a alguien del Ferrol. No, no nos conocemos.

Caminamos por la playa descalzos y con los pantalones remangados, pero vuelve a ser tarde y la marea ya está subiendo. Nos arriesgamos a llegar y regresar completamente mojados. Segundo intento fallido. Le digo que lo miraré en Internet y nos vamos a desayunar a Mondoñedo.

Historias

Historias de los montes, historias de los pueblos, historias de los puentes, historias de la autovía. Historias simplemente.

Tercer asalto

Esta tarde la marea vuelve a estar baja a las 8. Vamos a volver a intentarlo. No lo vas a ver en Internet estando aquí al lado”. Los gallegos y los maños tienen fama de cabezones.

Nos encontramos con el mismo gaitero que se está yendo. “Jo macho”, insiste, ”es que eres clavao a uno del Ferrol”. Mi padre hizo la mili en el Ferrol, pero no, no nos conocemos.

También está Celsa, y esta vez si lo logramos. Pudimos llegar a los arcos. Hacían falta dos gallegos cabezones.

Estatua

En el 2010 se retiró la última estatua que quedaba de Franco. Pesaba más de ocho toneladas y medía seis metros de altura. Ahora está guardada bajo una lona en un almacén. Estaba en el patio de Herrerías del Arsenal Militar de Ferrol. Yo la vi cuando fui con mi padre a conocer el cuartel donde hizo la mili. Igual me crucé con alguien clavado a mi y no me di cuenta.

Pasado

Conducimos por Barreiros y la tía me cuenta que aquí le hicieron las pruebas a la abuela cuando se encontraba mal. Tenían que esperar unos días y mientras lo hacían mi abuela le contó a mi prima que seguro sería algún resfriado mal curado, que ella no iba a morir de un cáncer, que antes se suicidaba. Cuando Celsa leyó el diagnóstico, pidió que por favor nunca se lo dijeran a su madre, y que tenían que darle unos documentos falsos porque la abuela era inteligentísima e iba a sospechar si no leía ella misma los informes. El médico entendió y le dieron un resultado diferente: «Infección en el pulmón de un catarro mal curado«.

Un 29 de mayo como hoy, de hace 22 años, tres meses más tarde del resultado, murió de cáncer de pulmón.


Sábado 30 de mayo

Último día

Hace un día azul y claro. En el jardín hay una mariposa y un caracol, sopla algo de viento de vez en cuando. Cantan los pájaros, a pesar de que dice Celsa que ya no quedan pájaros porque al morirse los pueblos, ellos también se van. La tierra está quebrada, y me gusta mirar al prado, al cabozo y al pajar.

Ya termina el viaje y, como los dos últimos días, los voy a dedicar a pasar tiempo con la familia y a pasear por los escenarios de mi infancia.

Llevo tres días escuchando historias de la aldea y de la familia. Guerra Civil, las tías-abuelas emigrando, Rusia, Madrid, fusilamientos, enfermedades, suicidios, soledad, tierra, mucha tierra.

Soy de cemento, hormigón y asfalto, pero también me sienta bien un traje de tierra y prado.

Principio de Incertidumbre

El Principio de Incertidumbre dice que nunca jamás podremos conocer una realidad ajena a la nuestra porque nuestra sola presencia en ella hace que se transforme en algo nuevo.

Solamente podremos observar esa realidad cuando estemos formando parte completamente de ella, pero entonces dejaremos de ser observadores, y nos convertiremos en observados, y por lo tanto nunca seremos conscientes de en qué realidad estamos porque la nuestra dejó de existir y ahora pertenecemos a una distinta a la que mirábamos, porque al estar nosotros dentro, la hemos cambiado.

 



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